Plasmar tu visión del mundo, detener el tiempo, registrar instantes efímeros, abstraerte... Cada uno tendrá sus propias motivaciones. Cogemos la cámara que acabamos de comprar aconsejados por nuestro amigo, salimos a la calle sin tener ni idea y empezamos a hacer fotos confiando en que a base de disparar acabaremos por aprender o simplemente creyendo que tenemos un talento innato para hacer grandes fotos. Desgraciadamente para la mayoría de los mortales que queremos superarnos y evolucionar, no nos queda otra que leer mucho, estudiar, preguntar y practicar.